Nueva York.- La resiliencia, definida en el Diccionario de la Real Academia Española, es la “capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas”.
Wikipedia amplía la definición: “La resiliencia es la capacidad de los seres vivos sujetos para sobreponerse a períodos de dolor emocional y situaciones adversas. Cuando un sujeto o grupo es capaz de hacerlo, se dice que tiene una resiliencia adecuada, y puede sobreponerse a contratiempos o incluso resultar fortalecido por éstos”.
La misma entrada en Wikipedia nos provee más definiciones. Entre ellas:
“La resiliencia es la capacidad que posee un individuo frente a las adversidades, para mantenerse en pie de lucha, con dosis de perseverancia, tenacidad, actitud positiva y acciones, que permiten avanzar en contra de la corriente y superarlas.- E. Chávez y E. Yturralde (2006)
“La resiliencia distingue dos componentes: la resistencia frente a la destrucción, es decir, la capacidad de proteger la propia integridad, bajo presión y, por otra parte, más allá de la resistencia, la capacidad de forjar un comportamiento vital positivo pese a las circunstancias difíciles.- Vanistendael (1994)
“Capacidad del ser humano para hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas e inclusive, ser transformados por ellas.- Grotberg (1995)
“La resiliencia es la capacidad que tiene un individuo de generar factores biológicos, psicológicos y sociales para resistir, adaptarse y fortalecerse, ante un medio de riesgo, generando éxito individual, social y moral.- Oscar Chapital C. (2011)”
Hace años, creo que en 1976, vi una fotografía que mostraba un excelente caso de resiliencia. Apareció en la versión estadounidense de la revista National Geographic. En ella se veía una playa de Beirut repleta de bañistas; centenas de hombres, mujeres y niños disfrutaban del sol, la arena y el agua. Detrás de ellos se observan los edificios semidestruidos de la capital libanesa devastada por la guerra civil que se inició en 1975 y culminó en 1990. Los que ese día fueron fotografiados en la playa representaban la encarnación de la resiliencia.
El 19 de septiembre de 1985, hoy hace exactamente hace 29 años, los habitantes de la Ciudad de México demostraron lo que es ser resilientes después de que un sismo de 8.1 grados Richter matara a unas 10,000 personas y destruyera parte de la capital mexicana. Ante la indolencia e irresponsabilidad del gobierno del entonces presidente Miguel de la Madrid, miles de hombres, mujeres, jóvenes y niños se movilizaron espontáneamente para rescatar a los sobrevivientes de entre los escombros. Después de la tragedia, la vida siguió.
Aquí en Nueva York, el 11 de septiembre de 2001, dos aviones de pasajeros se estrellaron contra las Torres Gemelas del World Trade Center después de ser secuestrados por terroristas sauditas pertenecientes a la organización al-Qaeda. El trauma que millones de personas experimentaron ese día puede apreciarse en el museo memorial que se construyó en el mismo lugar en donde antes estuvo el complejo de edificios del WTC neoyorquino. Afuera del museo, esta ciudad sigue siendo la urbe vibrante y llena de vida que era antes de los ataques del 9/11. Otro ejemplo de resiliencia.
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