Por Camila González
Twitter: @camilaglz
Siempre agradezco cuando los medios nos dejan de mostrar estéticas idealizadas por la cultura actual: rubios muy rubios, niños perfectos, narices de escultura, pieles sin pecas, cuerpos de gimnasio, todos felices. En esos momentos, logro congraciarme con los mensajes, de entrada porque plantean los brazos abiertos a la diversidad. Hoy, un homenaje a tres de ellos, tomados de nuestra caja de pandora de la publicidad: Huellas de la publicidad.
La negrita de los hotcakes Aunt Jemaima, alegre y colorida, nos habla al oído y nos los prepara mejor que nunca, con sus manos y a su lado. Ciertamente con simpatía, y la compañía de música para ponernos contentos, La mujer se sale de la caja y brinda un anuncio demostrativo y clásico en sus modos de dar el mensaje, no olvidemos que corría el año de 1978. Otra época, otros televidentes, otro todo, está bonito.
AÑO: 1978 MARCA: La negrita CATEGORÍA: harinas preparadas
En 1986 los negritos de Bimbo se salen de la cubierta de chocolate y se humanizan con gracia y, sin mucho más, de forma elemental nos recuerdan que son muy ricos. El toque, pienso, lo imprime el contexto de alegría, baile, ritmo y sabor que resalta una de las envidiables características de mucha gente de piel morena.
AÑO: 1986 MARCA: Bimbo CATEGORÍA: bizcochos y pastelitos
Y, ¿qué decir de este anuncio de Benetton? Hay cosas que no necesitan palabras o no las merecen porque se quedan cortas. Esas piezas publicitarias tan brillantes y certeras, como esta clásica, me dejan muda. Cada persona, un mundo. Todos distintos. Profundo. ¿Qué más?
AÑO: 1994 MARCA: Benetton CATEGORÍA: empresas multisector.