Las aplicaciones que van a apareciendo a mil por hora, y que se acumulan y ya son incontables, se supone que llegan para facilitarnos la vida, divertirnos, entretenernos, quĆ© sĆ© yo, pero si lo pensamos desde otros puntos de vista, muchas de esas āsensacionalesā app terminan complicĆ”ndonos la existencia mĆ”s de lo que imaginamos.
La virtualidad, esa existencia digital que tanto tiempo nos quita āy que a mĆ me agobia- a ratos me da la sensaciĆ³n de que nos convierte en objetos, nos pone en vitrinas para ser vendidos de mĆŗltiples formas, nos fuerza a mostrar la mejor cara, aunque ya casi no sea la nuestra. En este punto me refiero a los muchos programas que ahora existen para maquillar, retocar, mejorar, adelgazar, etc., nuestras fotos y asĆ presentarnos ante la āsociedad virtualā como productos mĆ”s apetecibles.
PatĆ©tico. Cuando lo pienso, siento una suerte de compasiĆ³n por nosotros. Ahora usamos programas que habilitan nuestras fotos para el mercado de la estupidez: nos quitan las pecas, nos agrandan la boca, nos achican la nariz, nos desinflan las caderas, nos blanquean los dientesā¦
Cuando el atractivo que tenemos estĆ” justamente en no ser estampas de revista. Va a sonar romĆ”ntico, pero sĆ, la gracia de cada cual se encuentra en la historia de cada peca y en la mueca de cada arrugaā¦
Pero el mercado exige y ahĆ vamos como burros a āconfeccionarā la mejor versiĆ³n de nosotros mismos, ojalĆ” desde un punto de vista mĆ”s profundo que tuviera que ver con el afrontamiento libre de la vida o con el manejo del ego que todo el tiempo nos domina, pero no, ahĆ vamos a poner las fotos mĆ”s perfectas (segĆŗn lo que cada cual cree que es perfecto, claro), aunque luego el destino nos ponga frente a los demĆ”s, cara a cara, con todas las pecas y los pecados.
Esas aplicaciones estĆ”n bien para jugar: a ser rubia, a ser mĆ”s alto, a verse mamado y escultural, pero resulta deprimente que cada dĆa sea mĆ”s parte de nuestra vida la vitrina virtual donde debemos pararnos con la mejor pose y hacer la mejor cara, aunque el mundo se nos estĆ© derrumbando por dentro.
AquĆ les nombro seis de estas appā¦
- APENAS UNA MANITO DE GATO. Con Perfect 365, la app gratis de maquillaje de fotos mƔs usada, con mƔs de 30 millones de usuarios.
- SIN SENOS NO HAY PARAĆSO. iAugment se encarga de achicar tus atributos o mĆ”s bien agrandarlos en las tallas necesarias, con un poco de silicona.
- EL TIEMPO PASAā¦ More BeautĆ© 2 puede quitarle a una foto, con un clic, 20 aƱos de encima.
- SALĆN DE BELLEZA VIRTUAL. Con la app Fotolr PSĀ puedes: teƱirte el pelo, cambiar la forma de las pestaƱas, maquillarte, depilarte, cortarte el pelo, etc. Incluso puedes ponerle un poco de botox a tus lĆneas de expresiĆ³n en las fotos. Pilas, puedes quedar como una Barbieā¦ o un Kent.
- MANO DURA. FilterstormĀ sirve para casos mĆ”s extremos como borrar tatuajes, lunares, manchas en la piel o gorditos.
- AL QUIRĆFANO. Ya si la idea es meterle cuchilla a tus fotos hay varios āsimuladores de cirugĆa plĆ”sticaā.
Puede sonar sĆŗper dramĆ”tico lo que estoy diciendo, pero verse perfecto puede convertirse en mucho mĆ”s que un juegoā¦ PatĆ©tico.