La estrategia de las marcas asiáticas cada vez es más notoria. Comencemos con la empresa china Recon Group , que compró el Aston Villa por 88 millones de dólares, según la BBC.
El multimillonario estadounidense Randy Lerner intentó vender al club desde el 2014, pero fue hasta que descendió a la segunda división, y que obviamente perdió valor, cuando Tony Xia lo adquirió.
Introducing Tony Xia. The story of our new Owner – and Recon Group. Check it out here: https://t.co/I4ZvHzpVgI #AVFC pic.twitter.com/1EkJjVBzll
— Aston Villa FC (@AVFCOfficial) 18 de mayo de 2016
El magnate es dueño de la multinacional dedicada a las finanzas, entre otras actividades, y que tiene 35 mil empleados en 75 países.
La tendencia continúa con el Leicester City, el equipo tocó fondo en la temporada 2008-09 al descender a la segunda división, momento clave en que el consorcio King Power International compró el club por 33 millones de dólares.
El dueño de la marca, el magnate tailandés Vichai Raksriaksorn, “el rey de los Free Shop” del aeropuerto de Bangkok inició su fortuna con una tienda en Bangkok, actualmente estimada en 2 mil 900 millones de dólares. Sin sumarle ganancias por patrocinios y entradas al estadio del ahora campeón de Inglaterra.
Otro caso es el de Sheikh Mansour Bin Zayed Al Nahyan, dueño de Etihad Airways y de Manchester City.
Como se puede notar, los empresarios asiáticos aprovechan que el producto tiene un valor menor en cierto momento y mejoran su calidad para después aprovecharlos como foro de promoción para sus marcas, logran ganancias con poca inversión.
