Por Camila González
Twitter: @camilaglz
Siempre he pensado que poder llorar es misterioso y sensacional. Al final, lloramos por todo, pero también por nada. Lloramos sin saber que lo hacemos, lloramos de dolor y de risa, de tristeza y de miedo, para que nos cuiden y para estar solos. Se siente tanto alivio al llorar, es tan válido y tan humano. ¡Qué maravilla es el llanto! Es la forma de duchar el alma. Huellas de la publicidad nos regala tres anuncios llorones, a ver qué les pasa.
Me resulta tan bello este spot que cualquier palabra para describirlo está de más. Es sutil, cercano, conmovedor, cotidiano, contundente, franco, brillante, sensible, creativo, enganchador y genial. Es pura melancolía hecha imagen. Es el Vocho mismo sin que aparezca ni una vez en pantalla. Está bien que no aparezca, está en nosotros.
AÑO: 2003 MARCA: Volkswagen CATEGORÍA: servicio automotriz
Rexona hace un homenaje al futbol, más bien a las emociones del futbol. El desodorante agacha la cabeza y nos cuenta una historia cuya excusa es el llanto. El hombre, las lágrimas y el futbol, tres elementos que hacen una llave emotiva y una narración que llega a los poros. Y uno diría, ¿y el desodorante? Otra forma de estelarizar es narrar la historia.
AÑO: 2004 MARCA: Rexona CATEGORÍA: desodorante/antitranspirante
De alegría, de extrema dicha, de sorpresa también se llora, como le pasó a esta mujer con el premio del banco Bital. El llanto también marca esos momentos en los que nos sentimos fuera de la realidad, desbordando lo posible y acompaña la exagerada expresión. Esta caricatura surrealista, cóncava y en tono sepia sitúa a Bital en el plano del éxtasis. ¿Qué más quiere un banco?
AÑO: 1997 MARCA: Bital CATEGORÍA: bancos