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La fuerza de la mentira. La tragedia de la sociedad

Por León Felipe Sánchez Ambía
Correo: [email protected]
Twitter: lion05

Como decía Joseph Goebbels, ministro de propaganda de la Alemania Nazi, “una mentira repetida mil veces se convierte en una realidad”. Al parecer, la industria de contenidos ha emprendido esta misma estrategia propagandística para difundir las supuestas cifras de piratería que “ahogan” a la industria y, según su dicho, amenazan con hacer que desaparezca una de las industrias monopólicas más poderosas del planeta.

Igual que los Nazis, en su momento, patrocinaron y difundieron “estudios científicos” que aseguraban que los Judíos eran una raza inferior porque tenían “pruebas” de que sus cráneos eran menores que los de los alemanes arios y que la estructura molecular de su sangre presentaba irrregularidades que los ponían un eslabón por encima de los animales salvajes, hoy en día la industria productora de contenidos utiliza esta misma estrategia de difundir información falsa o de difícil comprobación, en el mejor de los casos, para impulsar reformas legales en todos los niveles que les permitan sobrevivir como bloque monopólico que ondea la bandera de protección al autor y artista intérprete y ejecutante sin que en realidad les importen estos últimos y sin que los estudios que publican y difunden por todos los medios a su alcance tengan sustento alguno.

En el caso de los Estados Unidos de América, la GAO (Government Accountability Office) publicó declaraciones que confirman lo que siempre hemos argumentado quienes estamos a favor de una mayor apertura de las leyes de propiedad intelectual: Los estudios que presenta la IFPI, MPAA, RIAA y BSA, entre otros, contienen información que, en el mejor de los casos, es casi imposible determinar con la precisión que ellos aseguran que tiene y mucho menos dar cualquier viso de confiabilidad a dichas cifras. En el caso de México, el propio Jorge Amigo ha declarado que, en materia de piratería, no se cuenta con datos duros, por lo que las cifras que se manejan, incluso a nivel oficial, son mera especulación.

Y ¿cómo no? Si la industria piensa que por cada descarga, copia privada o archivo compartido se pierde una venta, no hay nada más alejado de la realidad que dicha suposición. ¿Porqué? por varias razones. Por ejemplo, la gente que no tiene dinero para pagar sus contenidos, no los van a comprar de cualquier manera -sin considerar que la ley les concede el derecho a hacer una copia para uso personal, por única ocasión y sin fines de lucro- o, en un buen número de casos, quienes copian, descargan o comparten un archivo lo han adquirido previamente o lo adquieren primero por esta vía para después comprarlo en un establecimiento por razones de oportunidad en satisfacción de la demanda.

Así es la única forma en que se puede uno explicar que una industria que pierde miles de millones de dólares anuales, según sus “estudios”, de forma creciente y sostenida durante más de una década ya, pueda seguir en el mercado: siendo falsa dicha información. Además, ¿a qué cifras les hacemos caso? ¿A las que aseguran que es una industria con las mayores pérdidas de entre muchas o las que les presentan a sus inversionistas en donde reportan utilidades crecientes y sin precedentes cada año?

Ejemplo de estas cifras sin sustento lo constituye la declaración de la Coalición por el Acceso Legal a la Cultura que sostiene que únicamente durante 2009 se descargaron, en México, 5,110 millones de canciones mediante redes P2P. ¿Exagerado? Habría que compararlo contra los 10,000 millones de canciones que se han descargado de la iTunes Store en todo el mundo durante los últimos siete años. Me parece una operación elemental: 5,110 millones en un solo año solo en México vs. 10,000 millones en siete años en más de veinte países. ¿Con la conexión que tenemos en México? Se antoja difícil, por decir lo menos, dicha cifra.

Lo mismo pasa con la industria audiovisual y la de software. Puras especulaciones y datos sin sustento. ¿Hasta cuando seguirán engañando al consumidor y a los legisladores para moldear las leyes a su antojo? ¿Hasta cuando se decidirán a volver a ser creativos y dejar de vivir de la fama que les ha permitido dormir pacíficamente durante más de 50 años?

No dejemos que se vuelva realidad una mentira dicha mil veces. No dejemos que, toda proporción guardada y con todo respeto, la mentira de esta industria se convierta en la realidad que tuvieron que vivir millones de Judíos como consecuencia de la repetición de las mentiras del nazismo. No dejemos que nos quiten los derechos que hoy tenemos y que sus propuestas lleven a nuestra sociedad a la tragedia de carecer de acceso a la cultura.

Son las Leyes de Mercado
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