Aéropostale está en quiebra y es otra de las marcas de ropa que viven problemas porque los consumidores jóvenes no las prefieren. Todo esto se debe en gran medida al sistema de producción y mercadeo conocido como fast fashion y que es liderado por Zara, H&M y Forever 21.
La quiebra de Aéropostale no es sorpresa. Durante los últimos 13 semestres perdió dinero, según sus reportes financieros. En marzo sus ventas cayeron un 6.7 por ciento con respecto al mismo mes pero del año pasado.
Pero los jóvenes no han dejado de comprar ropa. Datos de Statista indican que el tamaño del mercado de ropa en Estados Unidos supera los 225 mil millones de dólares, de los cuales 183 mil millones se compran en las tiendas físicas. Esta industria le da empleo a más de 95 mil personas en la Unión Americana.
El cambio que se ha dado en los últimos años es la tendencia conocida como fast fashion, que consiste en llevar con rapidez al mercado ropa muy similar a la que se presenta en las pasarelas de los desfiles de moda más importantes, pero a precios mucho más bajos.
Antes la industria de la moda funcionaba con cuatro temporadas al año, ahora se lanzan entre quince y veinte colecciones. Las marcas más importantes del sector del fast fashion son Zara, Forever 21, C&A, Pull & Bear, Bershka, entre otros.
Mientras marcas que fueron exitosas durante la década pasada, como Aéropostale, Hollister y Abercrombie & Fitch, están moribundas, el dueño de Zara, Amancio Ortega, se ha vuelto uno de los hombres más ricos del mundo, incluso ya tiene más fortuna que Carlos Slim.
El fast fashion ha sido tomado de forma positiva por parte de los consumidores jóvenes, quienes ahora buscan ropa que no sea cara y no quieren que tengan los enormes logotipos que se usaban antes.
La muerte de Aéropostale no es una casualidad, es sólo una manifestación de los cambios en los consumidores y en el mercado de la ropa. Además, probablemente no será la única marca que desaparezca antes de que inicie la próxima década.