Por Guillermo Pérezbolde
@gpbolde

Desde la llegada de Internet hace más de 30 años, tecnólogos de todo el mundo se han dado a la tarea de dar por muerto cada año a un medio de comunicación diferente, argumentando que con Internet ese y otros van a morir; Hoy después de varios años, ninguno de esos medios ha muerto, aunque si podemos encontrar que han cambiado y evolucionado de forma importante.

La primera víctima de quienes predecían el fin de los medios fue la televisión, y al día de hoy en promedio una familia tiene 70 canales de TV por cable y existen tan sólo en México casi el doble de canales abiertos que lo que había hace 30 años, así que la primera conclusión es que la TV no ha muerto.

Al radio también lo han tratado de matar varias veces y este se resiste a irse, tan es así, que ahora es casi imposible encontrar un aparato que únicamente sirva para escuchar el radio, por el contrario una gran cantidad de teléfonos celulares y reproductores MP3 cuentan con la opción para escuchar estaciones al menos de FM; pero lo que me llama mucho la atención es el hecho de que los reproductores de música en los automóviles, en 30 años pasaron por los cartuchos, los cassettes y los CD´s, pero todos hasta la fecha siguen incluyendo la opción para escuchar el radio, esa ha sido la constante en este tipo de aparatos.

Ahora bien, qué pasa con los medios impresos, en este caso la historia ha sido un poco diferente y seguramente lo será aún más en el futuro, ya que conforme avanza el tiempo la experiencia de lectura por medio de una pantalla ha ido mejorando, al grado que hoy es posible una sesión placentera de lectura de dos horas seguidas utilizando un Kindle o un iPad, lo cual era impensable hace unos años con las pantallas que existían para computadora.

Hoy un empleado promedio de oficina pasa durante el día más tiempo frente a la pantalla de una computadora, que frente al rostro de otra persona, y seguramente este mismo empleado cuenta con un dispositivo móvil –teléfono celular, reproductor MP3–con el cual pasa al menos una hora interactuando durante el camino al trabajo y de regreso, basado en esto es lógico que gran parte de la lectura que pueda realizar esta persona, la haga por medio de una pantalla.

En enero Amazon hizo un anuncio que tengo que confesar me dejó sorprendido; anunció que por primera ves en la historia estaba vendiendo más eBooks que libros en papel, lo cual deja ver cómo serán las cosas en los años que seguirán.

Por su parte varios periódicos y revistas ya cuentan con versiones electrónicas de sus publicaciones, las cuales han tenido gran aceptación por parte del público, dos ejemplos de casos de éxito es la APP para iPad del periódico Reforma y la versión para iPad de la Revista Merca 2.0 en ambos casos los suscriptores se cuentan por miles actualmente y es muy probable que para inicios del siguiente año, las versiones electrónicas de estos dos medios sean más consultadas que las de papel.

Mi predicción

De acuerdo al avance en cuanto a penetración que están teniendo los lectores electrónicos como Kindle, Sony Reader, iPad o las tablets con Android, junto con el que tienen los smartphones, aunado a los precios mucho más bajos de los eBooks en relación a los de papel, en donde podemos encontrar la versión electrónica a menos de la mitad de precio que el libro tradicional; me atrevo a decir que en tres años como máximo, la lectura en papel será una cuestión de lujo y sólo aquellos que puedan pagarla la tendrán así.

En menos de tres años, producto de esta realidad digital, se generará o crecerá la brecha en las clases sociales, ya que habrá seguramente una gran parte de la población que ni pueda comparar un libro en papel por su alto costo y mucho menos un lector electrónico.

Esta situación deberá poner en alerta a los gobiernos, ya que las futuras generaciones tendrán acceso a la lectura dependiendo su nivel socioeconómico y si actualmente la gente en promedio lee un libro al año, con esta barrera de precios su lectura se reducirá a nada.

Nuevas formas de publicar un libro

Seguramente cuando en una librería vemos un libro de pasta dura y el precio es de más de 200 pesos –18 dólares– consideramos que lo vale por lo que vamos a obtener. Pero ¿qué sucede con un ebook que no tiene pasta y todos son iguales al menos en la presentación?. Esta pregunta se la hizo hace un tiempo Seth Godin y para responder a esto creó junto con Amazon The Domino Project que se podría describir como una nueva forma de publicar libros, basado en la demanda y evitando a toda costa la incertidumbre por parte de la editorial, lo cual representa una baja considerable en los precios de las publicaciones, llevando con esto un beneficio inmediato para el autor, el lector y la casa editora.

El primer título publicado por The Domino Project es Poke The Box de Seth Godin y todo indica que el proyecto es todo un éxito.

Seguramente en los próximos meses veremos por parte de otros grupos editoriales iniciativas similares que buscarán hacer más eficiente la distribución, así como la forma en que fijan los precios para sus productos, pero lo que es un hecho es que la lectura digital llegó para quedarse.
El conocimiento que no se comparte, pierde por completo su valor