Tres fabricantes europeos y uno estadounidense están planificando la creación de una compañía conjunta que les permita desarrollar los conectores de carga CCS que se usará en sus coches eléctricos e híbridos enchufables, con miras a que sea diferente a la conexión utilizada por los vehículos japoneses y los de la marca estadounidense Tesla.
Las compañías automotrices Daimler AG, (Mercedes-Benz), BMW Group, Volkswagen (Porsche y Audi) y Ford, además de planificar este nuevo ‘enchufe’, quiere establecer en Europa, una red de puntos de recarga rápida de 350 kW para coches eléctricos a partir de 2017. El próximo año esperan tener instalados de postes en las autopistas europeas que se multiplicarán hasta los 2.000 en 2020, para que los usuarios de estos vehículos tengan la certeza de que podrán desplazarse por el continente con la seguridad de contar con la energía necesaria para recargar. En los postes planificados, se podrá recargar la batería en un 80 por ciento, en sólo media hora.
Los fabricantes de automóviles tradicionales europeos dan un paso adelante en el aumento de la infraestructura de recarga ante la pasividad de los operadores energéticos de los diferentes países de la Unión Europea. Al mismo tiempo, envían un aviso a las autoridades comunitarias de que están dando pasos para cumplir con el objetivo de emisiones contaminantes, fijado en menos de 95 gramos de CO2 por kilómetro para sus gamas de vehículos en el año 2021. El caso Volkswagen y el posible cierre de las grandes ciudades europeas a la entrada de coches diésel, han acelerado la transición hacia el vehículo 100% eléctrico.
El sistema por el que han optado estos fabricantes para usar en Europa es el CCS (Combo Charge System), distinto al usado por las marcas japonesas (CHAdeMO), que es el más utilizado hasta el momento y al de los superchargers de Tesla.