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Carlos Luer

¿Cómo lidiar con un jefe difícil?

Prácticamente todos tenemos alguien a quien debemos rendir cuentas de una u otra manera, en mayor o menor proporción. Desde el CEO de una multinacional con el consejo de administración, hasta el dueño de una pequeña tienda con sus clientes “importantes”, a todos nos llega la hora de considerar a otros a la hora de llevar a cabo nuestras labores y tomar decisiones.

Prácticamente todos tenemos alguien a quien debemos rendir cuentas de una u otra manera, en mayor o menor proporción. Desde el CEO de una multinacional con el consejo de administración, hasta el dueño de una pequeña tienda con sus clientes “importantes”, a todos nos llega la hora de considerar a otros a la hora de llevar a cabo nuestras labores y tomar decisiones.

No se trata de estigmatizar la figura de autoridad. Es cierto que todos tenemos un pie del que cojeamos, pero también debemos contar con un buen nivel de resiliencia y tolerancia para llevar unas relaciones sanas con los demás. El tema es cuando, a pesar de nutrir nuestras habilidades empáticas, tenemos un jefe (o compañero) con el que simple y sencillamente “no fluye”.

El problema no llega únicamente a la frontera de las relaciones interpersonales. Lidiar con un jefe difícil puede acarrear múltiples consecuencias importantes, tales como una pérdida de motivación, baja en la productividad, disminución en la autoestima, falta de desarrollo y pérdida de oportunidades, por mencionar sólo algunas.

No importa si tienes el trabajo de tus sueños. Siempre viene bien conocer algunas bases que nos orienten en la eventualidad de un evento de esta naturaleza. A continuación te comparto las que más me han servido en lo personal, ya sea con jefes, clientes o accionistas con los que he colaborado.

Conocer su motivación
Generalmente, todo aquél que opta por hacerle la vida “difícil” a otra persona tiene una motivación que lo orilla a actuar de esta manera. Ya sea porque se sienta amenazado, opacado por tu capacidad, porque esté defraudado por un mal rendimiento o simplemente porque te quiere “descolocar” para controlarte más fácilmente, siempre hay una razón que impulsa dichos conflictos. Si somos capaces de conocer cuáles son los intereses subyacentes que motivan a que un “jefe” se comporte como un completo idiota, estaremos dando un gran paso hacia la solución del conflicto.

Mantener la calma
Contener el enojo o la frustración cuando el jefe hace “una de las suyas” puede ser todo un reto. Desde un maltrato, una exigencia sin sentido, una humillación o autoritarismo excesivo, pueden hacernos literalmente hervir la sangre. El tema es que trascender cualquier asunto a un plano personal siempre conlleva consecuencias “personales” que eventualmente se revertirán en tu contra. Entre más complicado sea el entorno y la situación, más valioso o útil es este recurso, ya que adicionalmente, nos permite pensar con mucho mayor claridad.

Manejar la mentalidad adecuada
Considerar que los temas profesionales como tales y dimensionarlos en su justa medida. Muy probablemente no podrás cambiar la forma de ser de tu jefe, así que mantenerte profesional ante todo y cumplir tus responsabilidades es indispensable. Fallar en esto, aunque sea por una causa que “lo amerite”, es uno de los principales factores que pueden fomentar más actitudes negativas.

Evaluar tu posición
Hay ocasiones en que realmente el tema no se puede resolver. En ese caso, recuerda que tu trabajo no es el único trabajo sobre la faz de la tierra. No hay nada peor que quedarse en un lugar en el que no seas valorado, no tengas posibilidades de desarrollo, no recibas respeto. Las personas tendemos, con el tiempo, a acostumbrarnos a nuestras rutinas y patrones. No importa si es un trabajo alucinante, con el tiempo podemos habituarnos al grado que no veamos otra salida más que quedarnos. Si evalúas y te encuentras en esa zona de confort, recuerda que siempre hay muchas más oportunidades a nuestro alcance. Solo hay que abrirse y buscarlas con determinación.

En fin, creo que este es un tema muy importante y que da para mucho más. En conclusión pienso observarnos constantemente y evaluar nuestro entorno con relación a nosotros mismos puede ser la diferencia entre llevar un empleo promedio y verdaderamente realizarnos en el plano profesional. ¿Tú qué opinas? Quiero conocer tu opinión. Búscame en Twitter: @carlosluer para seguir la conversación. Nos seguimos leyendo por aquí.

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