Por Guillermo Pérezbolde
Twitter: @gpbolde
En los últimos años se ha empezado a escuchar de forma constante sobre el Content Marketing y lo efectivo que es para atraer y conservar consumidores. El problema para las empresas que lo intentan es que si no lo hacen con la planeación y cuidado adecuado, puede resultar en un gran fracaso, que termine por dar una imagen contraria a lo que se buscaba originalmente.
Haciendo un poco de historia, el Content Marketing no es nuevo; de hecho, podríamos decir que tiene más de 100 años, y existen referencias históricas muy importantes como la publicación de la Guía Michelin en el año 1900, que aunque de entrada ofrecía información automotriz, más adelante se convirtió en una prestigiada guía de restaurantes que hasta la fecha se sigue publicando.
Otro ejemplo que tiene más de un siglo de existencia es el recetario de la compaña Jell-O, publicado por primera ocasión en 1904, e incluso actualmente se sigue editando con recetas principalmente de postres.
El Content Marketing a todas luces no es nuevo pero vino a tomar un segundo aire con la llegada de Internet y las Redes Sociales, donde el contenido puede llegar en cuestión de minutos a cualquier rincón del planeta sin necesidad de que los medios masivos tradicionales intervengan.
Cómo diseñar la estrategia
Planteamiento de Objetivos
Antes de comenzar es importante plantearse el por qué queremos usar el contenido como parte de nuestra estrategia. Esta pregunta es importante ya que de ella depende por completo la factibilidad del proyecto. En la medid que tengamos claro que queremos y cuales serán los alcances, nos será mucho más fácil concretarlos.
Definición de los canales
Ya que los objetivos están claros es importante definir los medios que vamos a utilizar, ya que en función de esto podremos determinar el tipo de contenidos que vamos a emplear. Por ejemplo si decidimos trabajar con un blog, los materiales requeridos pueden ser desde artículos, noticias, infografias, gráficas, audios y hasta videos o animaciones.
En este punto es vital tener claras las diferencias y alcances entre un medio y otro, por ejemplo Facebook, Twitter, linkedin, Youtube, Vimeo, etc.
Planeación editorial
Este es un punto al que debemos dedicar mucho tiempo y esfuerzo, ya que es donde se definirá el estilo, tono, y en general como serán nuestros contenidos. Cuando nos encontremos en este paso, debemos pensar en dos factores importantes:
¿Qué necesito comunicar y a quién se lo voy a comunicar?
Respondiendo estas dos preguntas podremos dar forma a lo que será nuestro contenido de una manera ordenada y efectiva.
Es justo en este punto donde muchas empresas se pierden, ya que no definen con anticipación cual será el estilo, tono y frecuencia de publicación, lo cual al final resulta en imprecisiones o errores.
Curación de contenido
La calidad de los contenidos a utilizar debe de ser una prioridad en cualquier estrategia, ya que un simple error de ortografía o redacción, una imagen que no se distingue, un video que no se escucha bien, etc. Pueden opacar el trabajo realizado, o incluso volverse en nuestra contra por parte de la audiencia.
Para ayudar en esta labor de curación de contenido, existen varias herramientas de paga y gratuitas que podemos emplear, a continuación incluyo un listado de ellas.
Scoop.it
Clipboard
Lynk.ly
Pinboard
Pearltrees
StrawberryJam *por invitación
El Conocimiento que no se comparte pierde por completo su valor
