Es cierto, a veces los discursos pueden sonar repetitivos, desgastados y recalentados, pero lo Ćŗnico que los mantiene vivos, como gritos desde las entraƱas es que no dejemos de ponerlos una y otra vez sobre la mesa. Sobran mis aplausos para Emma Watsonā¦
Y a propĆ³sito del feminismo, tan en boga, y de sus detractores, y de incluso quienes no entienden la profundidad de su lucha, quise compartirles este video con la Ćŗltima publicidad de la colecciĆ³n 2015 de las gafas Carolina Lemke, con la modelo israelĆ Bar Refaeli:
En Israel fue todo un escĆ”ndalo, y ya se habla de sacarlo de circulaciĆ³n. QuĆ© hace de nosotras objetos sexuales (eso por supuesto), que si discrimina e insulta a los gordos. Yo, mĆ”s que indignada, me sentĆ cansada y me preguntĆ© acerca de la falta de imaginaciĆ³n de los creativos: Āæno se les ocurriĆ³ otra cosa mĆ”s original que comparar a la modelo hermosa con la chica gordita? Es que resulta tan, tan, tan bĆ”sico el mensaje. Triste obviedad.
Y para completar, el mensaje publicitario es confuso. Quiero decir: ĀæmĆ”s bien nos invitan a no usar los anteojos Carolina Lemke justamente para no ver la triste realidad? Un fracaso desde el punto de vista comunicativo y persuasivo, la verdad.
De algĆŗn modo, a lo que invitĆ³ Emma Watson en su discurso es a que todos āhombres y mujeres- abramos nuestras mentes, y eso significa dejar atrĆ”s prejuicios de primaria sobre parĆ”metros de belleza delgados y estrechos, a lo Barbie. La sensualidad y el atractivo no se estigma en las tallas, y no me refiero solamente a las de nosotras las mujeresā¦
Ya es hora de que demos pasos, Āæno?